viernes, 21 de noviembre de 2008

Marketing y Educación: Una Visión de Negocios

La educación de hoy no será la de mañana. Con esta aseveración se confirma la dinámica evolucionista del sector educativo. Las instituciones de educación superior deben estar preparadas para enfrentar los retos y cambios que el desarrollo económico y tecnológico requiere en el ámbito del marketing.

Para alcanzar el desarrollo es fundamental e importante fortalecer los modelos educativos. La inversión en el sector de la educación conduce a mejorar la situación económica de las entidades que ofertan este servicio.

La visión de los centros educativos debe responder a los cambios que se presenten en todos los órdenes del espacio vital. En tal sentido, las universidades están obligadas a trabajar de la mano con las empresas. Ese proceso conlleva a que las universidades actúen como empresas, comunicando y promocionando un portafolio de servicios acorde con la dinámica del mercado y la demanda de la industria. En esta cadena de actividades los entes educativos ejercitan y desarrollan tareas propias del marketing.

Las universidades como instituciones serán autónomas, pero como negocios resultan vulnerables. Desde esa óptica es imperioso aplicar estrategias encaminadas a la fidelización de los clientes con el llamado marketing uno a uno. Mediante esta herramienta se crean, fortalecen y conservan las relaciones a corto, mediano y largo plazo de la universidad con sus estudiantes y se neutraliza de una forma u otra, la deserción estudiantil.

Para las instituciones universitarias es fundamental conocer quiénes son sus educandos, egresados, participantes en cursos de extensión y en general miembros de la comunidad interesados en sus servicios.

En la aplicación del marketing educativo se recurre a las relaciones públicas, publicidad, comunicaciones y al CRM -Customer Relationship management- como una forma de gestión de la información interna y externa de los miembros de la comunidad universitaria.

Una táctica en la consecución de estos objetivos, es la de realizar envíos de información promocional a través de correo directo, mailing, volantes o valiéndose de la técnica de telemercadeo, como parte del Marketing Directo.

Con este último, se monitorea el servicio que ofrece la universidad y se recogen inquietudes de sus participantes. Por eso, la educación de hoy no será la de mañana. Hay que pensar en modernizarla con nuevos programas, currículos y calidad como lo promueve la Ley 30 de 1992.

Si se trabaja sobre los principios de dicha ley, las universidades más que posicionar un nombre, forjarán una marca. Para lograrlo, nada más indicado que un departamento de mercadeo al interior de estas organizaciones que se encargue de coordinar y divulgar los servicios y actividades de investigación y extensión de dichas instituciones.

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