jueves, 28 de junio de 2018

La Apuesta del Marketing por un Consumo Responsable


La apuesta del Marketing hacia un consumo responsable, supone un giro de esta, hacia un mercado verde. Vivimos en una sociedad en la que los ciudadanos estamos expuestos a ráfagas de piezas publicitarias constantes, en donde la Mercadotecnia, la Economía, la Publicidad y las Redes Sociales, favorecen el consumismo. “Nos hemos acostumbrados a usar y tirar. La publicidad nos bombardea con anuncios cuyo objetivo es hacernos engranajes de un sistema que reduce a las personas al papel de consumidores sumisos” (Fundación Vivo Sano, 2017).

Según el artículo Beneficios del Consumo Responsable, del blog Oxfam Intermón: “Desde que nos levantamos hasta que nos acostamos estamos consumiendo, bien sea mediante el uso de agua o electricidad o ya sea comprando nuevos productos o servicios”. Cabe preguntarnos: ¿Lo hacemos de forma responsable? ¿Somos conscientes de la energía eléctrica que consumimos? ¿Es adecuada la cantidad de alimentos que consumimos? ¿Cómo disminuir el consumo de azúcar y el desperdicio de comida?.

Por consumo responsable entendemos el poder que tenemos los consumidores para elegir y no adquirir productos innecesarios, así mismo, siendo consecuentes con las políticas ambientales que buscan preservar el planeta y la salud de sus habitantes, las empresas han volcado sus estrategias de producto, marca y empaque, hacia estas iniciativas, un ejemplo es la marca Coca Cola que busca promover el consumo responsable y transformar los hábitos para que las personas disfruten de las bebidas azucaradas en su justa medida, dado que consumir demasiada azúcar —incluida la que contienen algunas de las bebidas de la compañía— no es bueno para nadie (Alarcón, 2017).

De igual manera, hoy en día, los productos se diseñan y producen basados en las 6 R’s del marketing ecológico, las cuales son una apuesta por un consumo responsable y un compromiso ambiental, así las cosas, está en manos de los consumidores: reciclar, reducir, reutilizar, revalorizar, reparar y redistribuir.

El consumo responsable implica un consumo ecológico, ético y social. Se trata de elegir productos teniendo en cuenta no sólo su calidad y precio, sino también su impacto ambiental y social (Gómez, 2015).

En sintonía con estos preceptos, la empresa Triple A de Barranquilla, concibió la campaña “El reto 22 días” para generar buenos hábitos de consumo de agua y cuidar este recurso vital.

La amenaza a la biodiversidad, el consumo indiscriminado del agua, el cambio climático, el smog y el manejo de los residuos, son algunas problemáticas reales que las compañías han tenido en cuenta para haber dado un giro hacia una política de marketing verde.

Es la bandera ambiental de las marcas con las que buscan ganar “consumidores verdes”, ofreciendo al mercado alternativas de productos limpios y ecológicos, denominados “ecoproductos”. Un ejemplo de un tipo de producto de estos, son las botellitas de plásticos en las que se envasa agua y que el consumidor, al finalizar su consumo, la  dobla, facilitando su proceso de reciclaje.

Cabe destacar, el esfuerzo que realizan las empresas de servicios, como los bancos, promocionando entre sus usuarios el extracto digital, despertando en ellos conciencia ambiental, vendiendo la idea que al dejar de recibir el extracto físico se salvan 50 árboles.

Así mismo, exaltar campañas como el uso de las bolsas de tela y otras prácticas e iniciativas de consumo responsable, tales como el día de la tierra, del agua y del árbol, los cuales son una invitación al mundo para reflexionar acerca de la responsabilidad que tenemos como consumidores con el planeta. 


No en vano, el 15 de marzo, el mundo celebra el Día Internacional del Consumo Responsable, el cual es una propuesta que invita a reaprender sobre los modelos de consumo vigentes en los países, buscando con ello, cambiar los hábitos y patrones de consumo, a practicar y adoptar políticas saludables, alternativas limpias en cuanto a transporte y adoptar el reciclaje como un mandato de Estado.

Sin embargo, de nada sirven estas iniciativas —las cuales los gobiernos pueden regular— si el mismo hombre, no toma conciencia ambiental, por eso es importante que se realicen campañas de marketing social, que cambien los comportamientos de los individuos en las ciudades, a tal punto que las personas se programen a reducir, reutilizar y reciclar.


Según el Diario El Tiempo, para contrarrestar prácticas ambientales inadecuadas de consumo, las recomendaciones de los expertos son:

-       Rechaza: no compres productos innecesarios.
-       Reduce: pregúntate si el producto es una necesidad.
-       Reúsa: dales una segunda vida a envases u objetos.
-       Recicla: se puede generar materia prima para elaborar otros objetos.

Está en cada uno de nosotros ponerlas en práctica, no se necesita ser activista ambiental para aportar a una causa que propende por un mejor planeta, con base a un consumo responsable. De ahí que nos preguntemos:

¿Cree que el consumo responsable es importante para el medio ambiente?

La respuesta dependerá de las acciones y los cambios particulares e individuales de cada consumidor, de su visión del mundo, su cultura y valores ambientales. “Cada quien debe hacerse responsable de su caminar por este planeta”.